Motivado por el duelo, entre los años 2011 y 2018 me enfoqué en un proyecto de paisaje nocturno. Con el tiempo descubrí que si emprendía mi viaje de vuelta aún en la oscuridad, llegaba a casa con una importante carga emocional. Con la idea de cerrar cada aventura con energía positiva, comencé a esperar la llegada del amanecer antes de retornar a casa. Descubrí que aunque mi actitud mejoraba, la duda y la confusión que me llevó a ese lugar permanecía. 
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